World Press Photo 2025 lleva a Barcelona la infancia robada de Mahmoud, el niño mutilado por las bombas israelíes
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El certamen, que expone en el Centre de Cultura Contemporania de Barcelona (CCCB) los trabajos fotográficos de mayor impacto del pasado año, otorga el máximo premio a la fotoperiodista palestina exiliada en Qatar Samar Abu Elouf
Ángela Banzas, finalista del Premio Planeta 2025: “No estamos en la posguerra, pero hay mucho aislamiento”
Por vigésimo primer año consecutivo, la Fundación Photographic Social Vision organiza la exposición World Press Photo en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). La muestra, que recoge los trabajos fotoperiodísticos realizados en su mayoría durante 2024 y premiados por el jurado del concurso, se podrá visitar en las instalaciones del centro del 7 de noviembre al 14 de diciembre. El pasado año, según ha confirmado la mexicana Martha Echevarría, comisaria general de la muestra, que pasa por diversas ciudades del mundo, pasaron por este reciento 66.500 personas para ver las impactantes imágenes.
Este año World Press Photo, considerado el concurso de fotoperiodismo más prestigioso del mundo y que cumple 70 años de su primera exposición, cuenta además con el joven fotoperiodista catalán Samuel Nacar entre los ganadores, concretamente en la categoría de Reportaje Gráfico de la región de Asia Occidental, Central y Sur, con Las sombras ya tienen nombre, sobre supervivientes de las prisiones de Siria que relatan las torturas que sufrieron durante el régimen del expresidente Bashar al-Asad.
El también español Luis Tato, ha sido asimismo galardonado con en la categoría de Reportaje Gráfico de la región de África, por su trabajo Revuelta juvenil en Kenia, que muestra la represión gubernamental de las protestas estudiantiles en Nairobi durante 2024, motivadas por la subida de impuestos, las dificultades económicas, la corrupción, la brutalidad policial y la desconfianza en la clase política, unas quejas que se repiten en numerosos países del mundo en desarrollo.
Samar Abu Elouf, cuando el exilio duele más que la guerra
Por su parte, el máximo galardón del World Press Photo 2025 ha ido a parar a la fotoperiodista gazatí refugiada en Qatar Samar Abu Elouf, de cuarenta años y que se encuentra separada de su familia y sus hijos desde que tuvo que dejar la franja tras solo dos meses de conflicto, aconsejada por el periódico para el que trabaja como freelance, The New York Times. Abu Elouf ha sido premiada por el tierno y a la vez estremecedor retrato de Mahmoud Ajjour, un niño palestino de solo 9 años –siete cuando ocurrió el ataque– al que un misil del ejército israelí amputó ambos brazos y que actualmente vive refugiado también en Qatar.
Durante el acto de presentación de la muestra, Elouf ha explicado que en su vida cotidiana antes del conflicto, ella trabajaba como fotógrafa documental y ni sospechaba que las circunstancias la obligarían a convertirse en fotoperiodista de guerra, responsabilidad que aceptó con naturalidad porque, asegura, la guerra en Gaza ha sido una constante durante toda su vida. “Yo nunca he podido vivir tranquila en Gaza; siempre he sabido que la paz en Gaza es solo el preludio de una nueva guerra, sin más futuro que la destrucción”, ha sentenciado esta mujer de rostro redondo y dulce cuya la inmensa tristeza se refleja en sus ojos.
Samar Abu Elouf con el retrato de Mahmoud al fondo.
“Cómo soy autónoma, pensaba que la escasez en Gaza era lo normal, que las penurias económicas eran lo normal y no había otra forma de vivir”, ha señalado para después matizar que “una vez en Qatar me he dado cuenta de que hay cosas peores como el extrañamiento de tus hijos, tu tierra, tu familia...” Por el momento Elouf no puede regresar a Gaza, ya que por su doble condición de gazatí y periodista correría grave peligro“.
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Por vigésimo primer año consecutivo, la Fundación Photographic Social Vision organiza la exposición World Press Photo en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). La muestra, que recoge los trabajos fotoperiodísticos realizados en su mayoría durante 2024 y premiados por el jurado del concurso, se podrá visitar en las instalaciones del centro del 7 de noviembre al 14 de diciembre. El pasado año, según ha confirmado la mexicana Martha Echevarría, comisaria general de la muestra, que pasa por diversas ciudades del mundo, pasaron por este reciento 66.500 personas para ver las impactantes imágenes.
Este año World Press Photo, considerado el concurso de fotoperiodismo más prestigioso del mundo y que cumple 70 años de su primera exposición, cuenta además con el joven fotoperiodista catalán Samuel Nacar entre los ganadores, concretamente en la categoría de Reportaje Gráfico de la región de Asia Occidental, Central y Sur, con Las sombras ya tienen nombre, sobre supervivientes de las prisiones de Siria que relatan las torturas que sufrieron durante el régimen del expresidente Bashar al-Asad.
El también español Luis Tato, ha sido asimismo galardonado con en la categoría de Reportaje Gráfico de la región de África, por su trabajo Revuelta juvenil en Kenia, que muestra la represión gubernamental de las protestas estudiantiles en Nairobi durante 2024, motivadas por la subida de impuestos, las dificultades económicas, la corrupción, la brutalidad policial y la desconfianza en la clase política, unas quejas que se repiten en numerosos países del mundo en desarrollo.
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Por su parte, el máximo galardón del World Press Photo 2025 ha ido a parar a la fotoperiodista gazatí refugiada en Qatar Samar Abu Elouf, de cuarenta años y que se encuentra separada de su familia y sus hijos desde que tuvo que dejar la franja tras solo dos meses de conflicto, aconsejada por el periódico para el que trabaja como freelance, The New York Times. Abu Elouf ha sido premiada por el tierno y a la vez estremecedor retrato de Mahmoud Ajjour, un niño palestino de solo 9 años –siete cuando ocurrió el ataque– al que un misil del ejército israelí amputó ambos brazos y que actualmente vive refugiado también en Qatar.
Durante el acto de presentación de la muestra, Elouf ha explicado que en su vida cotidiana antes del conflicto, ella trabajaba como fotógrafa documental y ni sospechaba que las circunstancias la obligarían a convertirse en fotoperiodista de guerra, responsabilidad que aceptó con naturalidad porque, asegura, la guerra en Gaza ha sido una constante durante toda su vida. “Yo nunca he podido vivir tranquila en Gaza; siempre he sabido que la paz en Gaza es solo el preludio de una nueva guerra, sin más futuro que la destrucción”, ha sentenciado esta mujer de rostro redondo y dulce cuya la inmensa tristeza se refleja en sus ojos.
Samar Abu Elouf con el retrato de Mahmoud al fondo.
“Cómo soy autónoma, pensaba que la escasez en Gaza era lo normal, que las penurias económicas eran lo normal y no había otra forma de vivir”, ha señalado para después matizar que “una vez en Qatar me he dado cuenta de que hay cosas peores como el extrañamiento de tus hijos, tu tierra, tu familia...” Por el momento Elouf no puede regresar a Gaza, ya que por su doble condición de gazatí y periodista correría grave peligro“.
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