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¿Puede la inteligencia artificial escribir como George R. R. Martin? El tribunal de Nueva York empieza a responder con un fallo que da alas a los autores

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#Inteligencia artificial #Derechos digitales #Derechos de autor
Harto - Los abogados del escritor utilizaron una prueba en la que ChatGPT redactó una continuación de su saga, con nombres y temas similares a los creados por Martin, un ejemplo que sirvió para ilustrar el presunto empleo indebido de material protegido
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Las inteligencias artificiales generadoras de texto muestran una sorprendente habilidad para reproducir la estructura narrativa y el estilo de autores consagrados. Su funcionamiento se basa en analizar grandes cantidades de obras para detectar patrones de vocabulario, tono y ritmo. Ese procedimiento permite que el resultado final se asemeje, en apariencia, a la voz del creador original. Sin embargo, esa proximidad entre imitación y autoría humana plantea un dilema que ha terminado llegando a los tribunales.
El juez autoriza que continúe el proceso contra OpenAI y Microsoft
Un juez federal estadounidense ha permitido que avance la demanda interpuesta por George R.R. Martin y otros escritores contra OpenAI y Microsoft. La causa se centra en el supuesto uso no autorizado de sus obras literarias para entrenar modelos de lenguaje capaces de reproducir fragmentos que guardan similitud con textos protegidos por derechos de autor.
Según publicó Business Insider, el juez Sidney Stein dictaminó que “un jurado razonable podría considerar que los resultados presuntamente infractores son sustancialmente similares a las obras de los demandantes”. Esa valoración ha permitido que el proceso judicial continúe su curso.
Michael Chabon, Ta-Nehisi Coates, Jia Tolentino y Sarah Silverman unieron sus reclamaciones en una causa conjunta
El caso tuvo como punto de partida una prueba en la que los abogados de Martin solicitaron a ChatGPT que redactara una continuación alternativa de Choque de reyes. La respuesta del sistema ofreció el título Un baile con sombras y desarrolló ideas sobre “la aparición de un nuevo tipo de magia vinculada a dragones” y “la llegada de una pariente lejana de los Targaryen llamada Lady Elara”. Además, el modelo introdujo a “una secta disidente de los Niños del Bosque”. La coincidencia en la ambientación y el tono con la saga Canción de hielo y fuego sirvió como ejemplo de presunto uso indebido de material protegido.
La acción legal no se limita a Martin. Entre los escritores que forman parte de la causa figuran Michael Chabon, Ta-Nehisi Coates, Jia Tolentino y Sarah Silverman. Todos sostienen que sus libros se utilizaron para entrenar modelos de lenguaje sin autorización expresa. Sus denuncias se integraron en una demanda conjunta con el fin de plantear un criterio común sobre la responsabilidad de las empresas tecnológicas en el uso de obras literarias para fines comerciales.
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