La mala previsión dejó sin policías antidisturbios a Vallecas durante la reyerta
0
El barrio de Vallecas permanece blindado desde antes del inicio del partido que enfrenta esta noche al Rayo contra el Lech Poznan en el marco de la Conference League. Un dispositivo de alrededor de 200 agentes, la mayoría antidisturbios, que en nada se parecía al la noche de este miércoles, cuando los Bukaneros y los ultras polacos, los denominados Terror Machine, tuvieron un encontronazo a sangre y fuego en las inmediaciones del estadio madrileño.Poco después de las 23.30 del de anteayer, entre 400 y 500 violentos hinchas de ambas facciones se enfrentaban de manera muy violenta en las calles, con un saldo de un detenido español y un herido, también del club rayista. Pero no fue el único lesionado, pues precisamente el encartado fue apresado cuando, con otros tres radicales, daba una soberana paliza a uno de los seguidores del conjunto rival. Utilizaron palos y bates traídos desde la cercana sede bukanera. En distintos círculos policiales se critica la «falta de previsión», pese a la reunión mantenida previamente en la Delegación del Gobierno para afrontar la seguridad del partido declarado de alto riesgo, como todos los de competiciones europeas.De ahí que el despliegue de medios sea hoy ampliado, frente a lo inicialmente previsto, desde el traslado de los seguidores del Poznan del centro de Madrid a Vallecas, en Metro, hasta su posterior evacuación. Tras lo acontecido el miércoles, este periódico ha podido saber que el medio centenar de uniformados de las Unidades de Intervención Policial (UIP) desplegados durante la tarde junto al campo del Rayo fueron retirados. A los antidisturbios los sustituyeron apenas dos decenas de agentes de las Unidades de Prevención y Reacción (UPR), claramente insuficientes para lo que iba a desencadenarse poco después.Noticia Relacionada Terror en Vallecas estandar No Más de 200 Bukaneros atacan con palos y bengalas a ultras polacos del Lech Poznan Aitor Santos Moya / carlos hidalgo Los dos bandos se encontraron de madrugada a la altura del Metro de Buenos Aires, a menos de 500 metros del estadio del RayoEl sindicato Jupol señaló directamente a la Delegación del Gobierno por «la absoluta falta de previsión, planificación y responsabilidad» en los hechos.: «Un fallo inaceptable», pues, aseguran, «tenía información suficiente para prever los incidentes, ya que la convocatoria entre los grupos radicales llevaba horas circulando en redes sociales, foros y canales de mensajería, y existían antecedentes de enfrentamientos entre ambas aficiones».Ese es uno de los elementos clave en esta polémica, si fue un encuentro provocado por una parte (los polacos) o se trató de una cita entre ambos antagonistas para pelear. Diversas fuentes apuntan a esta segunda opción. De hecho, durante la tarde del miércoles, ante las informaciones policiales de que podría producirse algún enfrentamiento , se dispusieron hasta ocho furgones de antidisturbios en la zona. Agentes que participaron en el dispositivo explican a este diario que permanecieron allí hasta las 21.30 y que, en ausencia de problemas, las UIP fueron sustituidas por las UPR, que no tienen la capacidad de contención de masas que los antidisturbios. A las 23.52 horas, vecinos de la zona alertaron de que se estaba produciendo una enorme bronca. Comenzó en la intersección de la avenida de Albufera con la de Buenos Aires, a unos 300 metros del estadio del Rayo. Uno de los detalles que mueve a los investigadores hacia la hipótesis de que radicales de izquierdas (Bukaneros) y ultraderechistas (Terror Machine) habían quedado es que los primeros iban vestidos de negro y los polacos de blanco. «Suelen concertar el uso o no uso de armas y el número de cada bando», explican fuentes policiales, si bien los escenarios elegidos suelen ser lugares mucho más apartados.Salvaje pateo a un polacoHabía más hinchas madrileños, alrededor de 250-300 y una cifra inferior de polacos, hasta sumar alrededor de medio millar. Se lanzaron bengalas (prohibidas por la Ley del Deporte), además de otro material pirotécnico. Los Bukaneros iban con pasamontañas y capuchas, y, por la cercanía a su local, corrieron allí a coger bates de béisbol y palos. En la calle del Teniente Muñoz Díaz, detrás del estadio del Rayo, cuatro españoles patearon salvajemente a un polaco en el suelo al grito de «¡Te vamos a matar!». Tres bukaneros y el agredido lograron huir a la carrera al llegar los agentes de la comisaría del distrito de Puente de Vallecas. El quinto, sin embargo, fue apresado: se trata de Borja O. B., de 28 años y vecino de Torrejón de Ardoz. Además de ultra, jugó hace años en categorías inferiores de equipos de fútbol regionales del Corredor del Henares y Guadalajara. Fue trasladado a la Brigada Provincial de Información, situada muy cerca, en la calle de la Tacona (Moratalaz). Sobre las doce y media de la noche, los de Poznan subieron al Metro y regresaron al centro, por lo que fueron avisados los policías de la comisaría de Leganitos. La brutal trifulca no llegó a más y los radicales «solo se pegaron entre ellos», resumía otro agente, en referencia a que no hubo que lamentar daños a vecinos y transeúntes. De nuevo, la mala planificación en materia de seguridad ciudadana, insisten, hizo acto de presencia en un dispositivo que podría haber sido mejor previsto, y que recuerda al caótico final de la Vuelta a España en septiembre, cuando 32 policías resultaron heridos.En este último caso, uno de los fallos fue la información errónea que manejaba la Delegación de Gobierno respecto al día de llegada del grueso de los radicales polacos. Se esperaba que llegaran el propio miércoles, pero resulta que una parte de ellos llevaban días en la capital de España. Esta circunstancia unida a la planificación de los radicales polacos, quienes acudieron hasta la avenida de la Albufera en grupos pequeños para no levantar la liebre, fue el detonante de una trifulca que dentro del mundillo ultra estaba cantada. Momento de la pelea, con bengalas de fondo, entre los ultras en Vallecas la noche del miércoles ABCLos Bukaneros, con sonados incidentes en los últimos tiempos, tenían marcado este partido en rojo, como prueba el número de miembros que poco antes de la medianoche lograron reunir. La pelea, que en realidad fue un constante juego del ratón y el gato, donde unos y otros se perseguían por las calles adyacentes, dejó algún que otro daño colateral. Los del Lech lanzaron sillas al interior de un bar en la calle en la propia avenida de Buenos Aires, donde previsiblemente se habían refugiado algunos aficionados rayistas. 24 horas después, la noche cayó ayer en Vallecas y el fútbol dio paso, en medio de un clima más propio de la guerra. La Policía prohibió la venta de entradas en taquilla y los cerca de 800 hinchas del Lech fueron embolsados en Metro, desde Sol a Portazgo, para entrar directamente a la grada sin mezclarse con nadie.
Comentarios