La Justicia alemana autoriza las deportaciones de refugiados a Siria: «Ya no están amenazados»
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Por primera vez, un tribunal alemán ha declarado permisibles y legítimas las deportaciones a Siria, alegando que los sirios «ya no están amenazados» en su país. El Tribunal Administrativo de Düsseldorf acaba de dar luz verde a la expulsión de dos ciudadanos sirios. Según la sentencia no correrán «ningún peligro relevante», dado que en las regiones de origen de los dos hombres, las provincias de Damasco y Latakia, el nivel de violencia indiscriminada no es tan alto como para que estén expuestos a una amenaza grave. Tampoco se espera un empobrecimiento significativo a su regreso, porque los programas de retorno implementados por el Gobierno alemán evitan la precariedad. La Justicia respalda de esta forma el programa de deportaciones que está llevando a cabo la coalición del conservador Friedrich Merz , de la Unión Cristianodemócrata (CDU), y los socialdemócratas del SPD.Noticia Relacionada estandar Si Alemania reclama su derecho a reconstruir Siria después de acoger a un millón de refugiados Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín Ofensiva diplomática de Berlín para rentabilizar sus lazos con la oposiciónDe enero a septiembre de este año, 17.651 extranjeros han sido deportados, en comparación con los 14.706 del mismo período del año pasado, lo que supone un aumento de alrededor de una quinta parte. Esta política de deportaciones afecta a inmigrantes irregulares y delincuentes, no a los extranjeros legalmente establecidos en Alemania. La mayoría fueron deportados a Turquía (1.614) y Georgia (1.379). Casi una de cada cinco personas (3.095) era un niño o adolescente. Además, el Gobierno alemán e stá ofreciendo incentivos monetarios para que muchos afganos regresen voluntariamente a su país, donde considera que la situación no es ya de amenaza. En el caso de los sirios, ha surgido recientemente una circunstancia política que ha generado una gran polémica. El ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul , durante un reciente viaje al país, quedó impactado por el estado de devastación en los suburbios de Damasco. Wadephul declaró que «apenas es posible vivir aquí con dignidad; no podría pedirle a nadie que regrese». Estas palabras han sido utilizadas por la oposición como prueba de que la política de deportaciones se está llevando por un camino equivocado.Merz ha minimizado esas declaraciones y ha respaldado a su amigo personal Wadephul, que reiteradamente ha señalado que la posición del ministro es idéntica la suya. Sin embargo, dentro de la CDU se ha abierto un debate que, por momentos, roza la categoría de crisis. Varios miembros del grupo parlamentario han entendido la frase de Wadephul como un distanciamiento de la política de deportaciones. El líder de las juventudes cristianodemócratas, la Junge Union de Hesse, Lukas Brandscheid ; ha sugerido públicamente la dimisión del ministro, al declarar que Wadephul «debería pensar si sigue siendo la persona adecuada en esta posición, desde nuestro punto de vista». «Cualquiera que fabrique disturbios así en el Gobierno, ya no tiene el respaldo político para el cargo que realmente necesita», ha añadido.La sentencia de Düsseldorf saca la cuestión del ámbito de las consideraciones políticas y la sitúa en el de la legalidad. Los dos solicitantes de asilo sirios que presentaron la demanda, un chef de 46 años y su hijo de 26, no habían recibido previamente la protección del estatus de refugiados en Austria . Tampoco han superado con éxito el trámite legal de la solicitud de asilo en Alemania y, como consecuencia, deben esperar ahora su deportación. Esta sentencia establece un precedente para muchos otros sirios. Según el Registro Central de Extranjeros y sus últimos datos disponibles de finales de agosto, 951.406 sirios viven en Alemania. El Ministerio alemán del Interior informa que 920 de ellos carecen de estatus de tolerancia y se verán obligados a abandonar el país, de acuerdo a la nueva política de deportaciones. El canciller Merz se esfuerza, además, en acelerar el proceso. Está convencido de que, en la medida en que su Gobierno consiga tomar el control de la situación migratoria, irá restando apoyos al partido antieuropeo, prorruso y antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) , actualmente la primera fuerza de la oposición en el Bundestag y que por momentos adelanta a la CDU en las encuestas. Con este objetivo, el ministro del Interior, Alexander Dobrindt , está trabajando en «acuerdos con Siria que permitirán las repatriaciones con rapidez».La realidad, sin embargo, muestra que el regreso de los sirios no será precisamente automático. Osama, de 31 años y que estuvo dos veces en prisión durante la dictadura de Assad, aceptó voluntariamente volver y ha pasado tres meses en Siria, pero ahora está de regreso en Alemania. «Quería regresar con mi madre, me recibieron en la frontera con te y dátiles y fue muy bonito, pero allí no se come todos los días, todo está destrozado, no hay oportunidades laborales, fuentes de ingresos o perspectivas», ha explicado el joven sirio. Durante sus ocho años en Alemania obtuvo la nacionalidad y le ha resultado fácil volver. «Muchos harán como yo y volverán a solicitar asilo», vaticina
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