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El talento huye ante los síntomas de desmantelamiento del único centro de investigación agrario de la Xunta

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#Agricultura #Ganadería #Investigación #Xunta de Galicia #CIG – Confederación Intersindical Galega
Media docena de ingenieros abandonan de modo "voluntariamente forzoso" el CIAM de Mabegondo y denuncian la "situación insostenible" de las instalaciones, con las que Medio Rural defiende un "compromiso absoluto"
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La alerta la encendió la carta despedida de seis ingenieros, casi todos con más de quince años de experiencia en el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM). Este miércoles, suscribían un comunicado en el que anunciaban una marcha que definían como “voluntariamente forzosa” ante el “desmantelamiento planificado” por parte de la Xunta del centro público de referencia en el noroeste estatal, una instalación con casi 150 años de historia. La CIG, el primer sindicato de Galicia y mayoritario también en la administración autonómica, habla con tristeza de “profecía autocumplida” tras un lustro de avisos sobre la “nefasta gestión” de una Consellería, que está provocando la “fuga de talentos” y la “pérdida de más de un siglo de conocimiento”. Medio Rural, por su parte, defiende el “compromiso absoluto” con el futuro del centro y, eso sí, evita valorar el “clima” de trabajo existente, del que lo hacen directamente responsable.
Los seis investigadores firmantes –María Bande, María Isabel García, Adrián Botana, Álvaro García, Roberto Besteiro y Santiago Crecente– abandonaron el CIAM en un concurso de traslados de funcionarios de la Xunta, en la escala de ingenieros agrónomos, al que se apuntaron debido a la situación “insostenible” del centro y el futuro “totalmente incierto para la investigación agraria” en Galicia.
“La grave falta de cobertura de plazas que sufre el CIAM desde hace años arrastra muchas dificultades para ejercer la labor investigadora, en la medida en que muchas líneas de investigación eran unipersonales” algo que “dificulta enormemente el acceso a proyectos competitivos, donde normalmente se requieren grupos de investigación consolidados con varias personas”. También denuncian que “las jefaturas de departamento están desapareciendo, sin explicación ninguna al personal del centro”.
Narran situaciones en las que los propios investigadores tuvieron que abordar tareas de campo para “poder mantener los proyectos en marcha, o simplemente para que los animales tuvieran los cuidados básicos, pues el personal de campo se encontraba sobrepasado por el trabajo”.
Irene Sánchez forma parte de ese personal de campo. Esta oficial de segunda trabaja desde 2006 con las vacas de leche. Como delegada de la CIG, es testigo directo de lo que denuncian sus ya excompañeros. Es ella la que lamenta su “profecía autocumplida” al referirse a un “maltrato laboral” que, está segura, se hace “a conciencia para que marchemos”.
La pirámide invertida del CIAM
Según explica, Agacal (la Axencia Galega de Calidade Alimentaria) está viendo cómo su relación de personal toma forma de pirámide invertida. “El capítulo 1, de presupuesto para gastos y personal, es cerrado: cuando quieren nombrar puestos directivos y de libre designación, no se pueden inventar el dinero”. Pero si los trabajadores se van, esa plaza se amortiza y ese sueldo puede destinarse a puestos nombrados a dedo. En concreto, la CIG denuncia que, desde 2021 –cuando se aprobó la “chapucera” relación de puestos de trabajo– se han retirado 450.000 euros destinados a plazas de personal investigador y de campo para trasladarlo a “engordar la pirámide invertida de altos cargos”.
“Nos están maltratando laboralmente a propósito. Hay personas que han presentado denuncias por acoso porque la estrategia es que nos vayamos en los concursos de traslados” que no se convocaban desde hace 12 años. “Yo soy personal de campo y voy a participar, como el 90% de los compañeros que están fijos. Tenemos entre 15 y 30 años de experiencia en investigación y nos vamos a marchar a otras consellerías en las que no hay ese maltrato” y en las que sabe que, por su mismo trabajo, cobrará “entre 190 y 270 euros más”.

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