Crean un 'Google Maps' con casi 300.000 kilómetros de calzadas del Imperio Romano
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De Tarragona a Alcalá de Henares, pasando por Zaragoza, hoy se tardan unas cinco horas en coche por la autopista AP-2 y la autovía A-2. Hacia el año 150 d.C., había que invertir unos quince días (263 horas) si se viajaba en un carro cargado de mercancías para recorrer los más de 492 kilómetros de calzada romana que distaba Tarraco de Complutum a través de Caesar Augusta. La ruta, sin embargo, apenas variaba de la actual. «Muchas de las ciudades importantes ya existían en la antigüedad y también las vías que las comunicaban con trazados muy parecidos», señala Pau de Soto , codirector de un proyecto internacional que ha creado el mapa digital más detallado de las vías de comunicación del Imperio Romano en su momento de mayor extensión.Itiner-e , como han denominado a este 'google maps' de la antigüedad elaborado durante cinco años con informes arqueológicos, fuentes históricas (el Itinerario de Antonio o la Tabula Putingeriana), miliarios y síntesis regionales, amplía la red de los 188.555 kilómetros cartografiada en otros recursos digitales hasta los 299.171 km , más de 110.000 km más. «Si fueses por el Ecuador, darías como siete vueltas a la Tierra con los kilómetros que construyeron los romanos », describe gráficamente el investigador del Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la UAB, satisfecho de poner a disposición de expertos, pero también del público en general, un recurso que estima «super necesario».«Del Imperio Romano nos ha llegado muchísima información sobre su economía, su población, conocemos las crisis que hubo, también las epidemias que aparecieron, pero muchas veces nos falta saber cómo se mueven todos esos elementos porque nadie se había dedicado a compilar todas las vías de comunicación que había. Y esas vías están en todo, en los movimientos de las mercancías, de las personas, de las ideas, de la expansión del cristianismo y de otras religiones ...», explica este especialista, que codirige este proyecto multidisciplinar junto a Tom Brughmans , de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y a su colega de la UAB Adam Pazout . Publicado en la revista Scientific Data del grupo 'Nature', este «tapiz» digital gratuito de acceso abierto, permite calcular cuántos días de viaje había que invertir hace casi 2.000 años para llevar un mensaje a caballo de una población a otra. De Cádiz a Roma, por ejemplo, un mensajero debía emplear casi un mes siguiendo el itinerario de los Vasos de Vicarello. También revela las rutas romanas más caras o más económicas para transportar unas mercancías hasta una ciudad o un puerto y ayuda a entender por qué enfermedades , como la peste de Antonino o la de Justiniano, llegaron antes a unas regiones u otras.Además, «da muchas pistas de qué zonas estaban mejor comunicadas y cuáles eran las ciudades más importantes para los propios romanos », continúa De Soto. La famosa frase de que 'todos los caminos llevan a Roma ' se ve confirmada en parte en las múltiples vías que se dibujan sobre la capital italiana al ampliar el foco de este recurso digital. Y aún se ampliarán conforme se vayan incorporando, como pretenden, las rutas marítimas. Aunque si sólo se contempla las comunicaciones terrestres, el investigador indica que «hay otras ciudades, como podría ser Milán , que están incluso un poco mejor comunicadas que Roma, porque dada su situación geográfica, está un poco más aislada».Ruta de Cádiz a Roma por calzadas romanas. La red viaria romana creada por Itiner-e. Fragmento de un miliario romano erigido a lo largo de la Via Nova, en Jordania. Itiner-eEn Hispania, De Soto destaca lo bien comunicados que estaban nudos como Caesar Augusta , Salmántica (Salamanca) o Hispalis (Sevilla), pero también Mérida que, aunque declinó en importancia a partir de la Edad Media, «en época romana fue la capital de la provincia de la Lusitania y se ve que tuvo un papel preponderante en las comunicaciones». Y muchas vías aún se corresponden en gran medida con las carreteras del siglo XXI.El papel de Madrid como capital a partir de la Edad Moderna y el sistema viario radial transformó en parte algunas de las vías. Sin embargo, otros ejes periféricos, como la vía que parte de Tarragona y llega hasta Galicia o la vía de la plata se han mantenido a grandes rasgos hasta la actualidad.En la web de Itiner-e, cuyos datos se pueden descargar gratuitamente, cualquiera puede ver su pueblo, con las carreteras actuales, y descubrir por dónde pasaban las calzadas romanas, incluso en 3D. Según explica el experto de la UAB, para la elaboración de cada tramo viario, que cuenta con su autoría y su bibliografía, han sumado datos de excavaciones arqueológicas, pero también estudios de teledetección del paisaje, imágenes por satélite, análisis de datos o estudios matemáticos y computacionales para determinar mejor por dónde discurrían los trazados. «Hay mucha tecnología detrás del estudio de las vías» y aunque la investigación se ha liderado desde la UAB y la universidad danesa de Aarhus, De Soto destaca que han colaborado en ella investigadores de Italia, Francia, Alemania, Holanda, Inglaterra, de distintas disciplinas y con tecnologías muy diversas. Las carreteras romanas a través de los pasos de montaña que conducen a Delfos, en la antigua Grecia ITINER-EEl trabajo interdisciplinario y colaborativo ha logrado incrementar el detalle de vías que, en proyectos anteriores, se mostraban con líneas rectas aún cuando atravesaban sistemas montañosos, como los Pirineos. A juicio del profesor, « ahora siguen trazados orográficos que tienen sentido ».Los investigadores analizado las pendientes de las vías y se han llevado alguna sorpresa, como en el caso de los Alpes . «Es muy curioso porque no es la zona que tiene las vías con mayor pendiente. Al representar la salida de la península itálica hacia el resto del continente, seguro que los ingenieros romanos se las ingeniaron para evitarlas al máximo», comenta. Noticias relacionadas estandar Si Una historia de sevilla Las puertas desaparecidas de Hispalis: la memoria perdida de la Sevilla romana Jesús Pozuelo estandar No Descubren un puerto de la etapa romana en las obras del nuevo residencial de San Bernardo Fernando Barroso VargasAdemás de ayudar a comprender mejor cómo eran las comunicaciones en el Imperio Romano, De Soto cree que este recurso digital en constante actualización puede mostrar huecos sin sentido en la red viaria que apunten a f uturos hallazgos de calzadas romanas aún por descubrir. También puede contribuir al descubrimiento de nuevas 'mansio' porque muchas de estas posadas romanas «están perdidas». «Nuestra idea es que a partir de ahora continúe toda la investigación sobre las vías romanas», concluye.
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