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COP 30, la hora de la verdad

Actualidad

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#Cambio climático #Amazonas #Luiz Inácio Lula da Silva
Para combatir juntos la crisis climática, el Sur Global exige un mayor acceso a los recursos. No por una cuestión de caridad, sino de justicia. Los países ricos han sido los mayores beneficiarios de la economía basada en el carbono. Por lo tanto, deben estar a la altura de sus responsabilidades
Este jueves comienza en la Amazonía brasileña la Cumbre de Belém, previa a la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). He convocado a los líderes mundiales a esta reunión, unos días antes de la apertura de la COP, para que todos asuman el compromiso multilateral de actuar con la urgencia que exige la crisis climática.
Si no actuamos de manera efectiva, más allá de los discursos, nuestras sociedades dejarán de creer en las COP, en el multilateralismo y en la política internacional en general. Por eso he convocado a los líderes globales en la Amazonia y cuento con el compromiso de todos ellos para que esta sea la COP de la verdad, el momento en el que demostraremos la seriedad de nuestro compromiso con todo el planeta.
Las acciones colectivas basadas en la ciencia demuestran nuestra capacidad para hacer frente y superar grandes desafíos. Hemos sido capaces de proteger la capa de ozono. La respuesta global a la pandemia de la Covid-19 ha demostrado que el mundo dispone de los medios necesarios para actuar, siempre que haya valentía y voluntad política.
Brasil fue sede de la Cumbre de la Tierra en 1992. Durante la cumbre aprobamos las convenciones sobre el Clima, la Biodiversidad y la Desertificación, así como los principios que sentaron las bases de un nuevo paradigma y rumbo para preservar el planeta y la humanidad. En estos 33 años, las reuniones han dado lugar a importantes acuerdos y metas para la reducción de los gases de efecto invernadero (erradicar la deforestación para 2030, triplicar el uso de las energías renovables, etc.).
Más de tres décadas después, el mundo vuelve a Brasil para debatir sobre la lucha contra el cambio climático. No es casualidad que la COP30 se celebre en el corazón de la selva amazónica. Es una oportunidad para que políticos, diplomáticos, científicos, activistas y periodistas conozcan la realidad de la Amazonia. 
Queremos que el mundo vea la situación real de los bosques, de la mayor cuenca hidrográfica del planeta y de los millones de habitantes de la región. Las COP no pueden limitarse a ser una feria de buenas ideas, ni un viaje anual de los negociadores. Deben suponer un momento de contacto con la realidad y de acción efectiva para hacer frente al cambio climático.
Para combatir juntos la crisis climática necesitamos recursos. Además, debemos reconocer que el principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas sigue siendo la base de cualquier pacto climático.
Por esta razón, el Sur Global exige un mayor acceso a los recursos. No por una cuestión de caridad, sino de justicia. Los países ricos han sido los mayores beneficiarios de la economía basada en el carbono. Por lo tanto, deben estar a la altura de sus responsabilidades. No solo deben asumir compromisos, sino también honrar sus deudas.
Brasil está haciendo su parte. En solo dos años, hemos reducido a la mitad la superficie deforestada en la Amazonia, lo que demuestra que es posible actuar de forma concreta en favor del clima.

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